Transforma tu Nación: Tu propia Conquista

Antes de conquistar cualquier cosa en la vida, debes consquistarte a ti mismo. Cómo conquistaras una nación si no puedes gobernarte a ti mismo?

Tus sueños nadie más los hace realidad; tú te tienes que esforzar para alcanzarlos.

Proverbios 16:32
Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; Y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad.

Di: “Me conquistaré a mí mismo”. Siempre que vemos películas en las que héroes toman la ciudad, muchos de ellos no son reales, no existe el Hombre Araña ni Superman, pero tú sí existes. Cuando las vemos, nos identificamos con ellos, porque dentro de nosotros hay algo de héroe.

Pero es mejor el hombre que se conquista a sí mismo, que ganar una medalla. Los mejores deportistas del mundo saben que sólo dominando su temperamento logran una medalla. Dominarse a uno mismo es más importante que otra cosa. Di: “Yo seré después de Dios, mi propio dueño”.

Enseñorearse se dice en hebreo “machal”, que significa: dominar, tener el control. A muchos de nosotros nos cuesta dominar la boca, por lo que decimos y por lo que comemos; se pueden echar a perder muchas cosas por falta de dominio propio.

Hechos 24:24-25
Algunos días después, viniendo Félix con Drusila su mujer, que era judía, llamó a Pablo, y le oyó acerca de la fe en Jesucristo. Pero al disertar Pablo acerca de la justicia, del dominio propio y del juicio venidero, Félix se espantó, y dijo: Ahora vete; pero cuando tenga oportunidad te llamaré.
Di: “Justicia, dominio y juicio eterno”. Somos la justicia de Dios en Cristo Jesús, y somos justificados en la fe de nuestro Señor Jesucristo. El dominio propio queda en medio de la justicia y el juicio interno, porque si ejerces dominio propio en esta vida, no te va ir tan mal en el juicio eterno.

Cuando les dices a los jóvenes que dejen de fumar, ellos te dicen que lo dejarán de hacer sólo cuando practiquen algún deporte; ese pedacito de papel los está dominando.

¿Por qué no puedes dejar de ver pornografía si dices que tú haces lo que quieres? Date cuenta que estás haciendo lo que se le da la gana a otros. Si no te conquistas a ti mismo, ¿cómo vas a conquistar a esa chica que te gusta?

Pregúntate a ti mismo si ya te has conquistado.

Un día le pregunté al Señor por qué desarrollamos físicamente antes de poder usarlo. Ya lo puedes usar, pero no debes. Te lo da para que aprendas a ejercer el rasgo de carácter más importante para vivir una vida feliz: el dominio propio. La Biblia dice que no se dejen de juntar el hombre y la mujer a menos que sea de mutuo acuerdo y para dedicarse a la oración.

La tentación cuando eres soltero es “hazlo”, y la tentación cuando eres casado es “no lo hagas” (Con otra persona q no sea tu pareja). Antes y después del matrimonio las cosas cambian, pero la respuesta es la misma: dominio propio.

Hay millones de personas sin dominio propio que caen ante cualquier tentación. El problema es que eres débil en esa área. Tú no tienes que cortar tu tarjeta de crédito, lo que tienes que hacer es dominarte.
La gente nunca hace las cosas sola, siempre te tienen que ofrecer ir a tomar, fumar o parrandear. Lo hacen para aliviar su conciencia. Somos nosotros los que tenemos que poner los valores.

Algunos de ustedes ya tienen serios problemas para el futuro. Tal vez te conocen porque has tenido siete novias, ¿tú crees que alguien te va hacer caso?

Debes de aprender a tener lo más que puedas de dominio propio, pero para obtenerlo, se debe aprender. No digas “no puedo”, sino “cómo lo logro”.

Di: “Señor, yo recibo de parte tuya un gran regalo y es el espíritu de dominio propio el cual se derrama sobre mi vida, mis sentimientos, mis pensamientos y en mi carne”.