Como hijo de Dios, tenemos el enorme
privilegio de doblar nuestras rodillas y hablar
personalmente con la Autoridad suprema del
universo. No tengas en poco ese don precioso.
Con toda humildad acércate al trono de la
gracia con tus necesidades, confiesa tus pecados y admite que los desafíos que la vida te presenta son demasiado difíciles para enfrentarlos tú sol@.
El Padre celestial te revelará sus
planes y te capacitará concediéndote todo lo
que necesitas para tener éxito.
¿Estás dispuesto a orar, diciendo:“Señor,
no me siento capaz, pero obedeceré lo que tú
me ordenes”? Dios te usará y te bendecirá
de manera sorprendente si estás dispuesto
a someterte a su voluntad. Charles Stanley. Ministerios en Contacto
Transformate y Avanza
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